—Venga hijo, que te tienes que comer la pera que es muy sana.
—Nu querooo...
—Que sí, venga y después jugamos.
—Nooo...
—Me enfado. ¡A comerte la pera ya de una vez!
—Pero...
—¡Ni pero, ni pera!
—...
—... Una victoria limpia. Estoy muy orgulloso de ti, hijo.
—Nu querooo...
—Que sí, venga y después jugamos.
—Nooo...
—Me enfado. ¡A comerte la pera ya de una vez!
—Pero...
—¡Ni pero, ni pera!
—...
—... Una victoria limpia. Estoy muy orgulloso de ti, hijo.
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